El propósito final de nuestro sistema de atención es ayudar a nuestros cerebros a sincronizarse con el mundo, incluidas nuestras propias mentes. Esta sintonización abre las puertas a la conciencia.
La exploración de la consciencia abarca muchos campos: filosofía, psicología, neurología, biología y física cuántica. Podríamos asemejar la conciencia a una gran orquesta de orquestas sinfónicas, donde los diferentes músicos al cooperar y sincronizarse en la coherencia armónica acabaran creando música, CONCIENCIA.
La cognición de orden superior es la suma de estos aspectos de atención, memoria y conciencia. La memoria de trabajo (memoria RAM) junto con la memoria a largo plazo (disco duro), permiten conceptualizar las cosas que ocurren para poder planificar, gracias al lóbulo frontal, el futuro. Gracias a esta cooperación entre ambas memorias podemos dar prioridad a unos estímulos frente a otros.
Cuando el cerebro sincroniza las redes neuronales podemos adquirir conciencia. La frecuencia de sincronización es medible 40Hz, y desaparece cuando estamos dormidos. Al tomar conciencia de un acto motor elevo mi percepción de las cosas y por ende, mi nivel de conciencia, Ratey (2003). Si los núcleos intralaminares cerebrales sufrieran daño, caeríamos automáticamente en un coma profundo e irreversible.
El cerebro tiene una capacidad inconsciente que contribuye a las percepciones y al comportamiento. Existe un margen en nuestra conducta ocupado por el inconsciente. ESTE MARGEN SE PIENSA PUEDE SER EL PROCESO DE INTERACCIÓN INTERHEMISFÉRICA A TRAVÉS DEL CUERPO CALLOSO, es decir, la integración interhemisférica aumenta el grado de CONCIENCIA limitando las fases o procesos inconscientes. De aquí la importancia de poder realizar ejercicios utilizando ambas manos o ambos pies, ambos ojos o ambos oídos.
Nosotros también la conseguimos a través de la Reeducación Escritural Racional. Así, el trabajo de escritura “a dos manos” y con ejercicios específicos consigue corregir los problemas de aprendizaje, atención o conducta, por más difíciles que se presenten.
La conciencia normal surge cuando colaboran y cooperan para un mismo fin ambos hemisferios.
Para que seamos conscientes de algo primero tenemos que prestarle atención y luego seguir haciéndolo de un momento al momento siguiente (memoria de trabajo a corto plazo).
La mente emerge cuando el sistema de la conciencia se conecta con la memoria a largo plazo. Cuando relacionamos lo que percibimos con nuestras categorías internas de las experiencias, nos volvemos conscientes. El acto de categorizar o juzgar es el que nos hace conscientes de la percepción. Necesitamos niveles de prioridad para aprender a relativizar los conceptos y la importancia de las cosas en nuestra vida. Y este es el resultado de un proceso de selección natural entre neuronas del cerebro.
Existen dos tipos de selección evolutiva:
– Del desarrollo (congénita o prenatal)
– De la experiencia (adquirida del entorno o experimental)
La experiencia y el comportamiento sirven para dirigir el desarrollo del sistema nervioso mediante la organización del cerebro. De este modo surgen los “valores propios” como sesgos y tendencias básicas para dotar de significado a las experiencias. Cada recién nacido debe crear su comprensión particular del mundo y cada persona refuerza, amplía y a veces puede cambiar su visión del mundo, es el llamado Sistema de Creencias.
Afortunadamente nuestro Método (Control de distorsiones perceptivas, didáctica multisensorial, reeducación escritural…) corrige estos problemas de percepciones erróneas, de atención, concentración e hiperactividad sin necesidad de fármacos.
Para más información, haga click en Método o podéis leer los siguientes artículos (pinche aquí.)
Para aquellos que quieran contactarnos, estamos en el teléfono 655 068 620 y en las consultas de Gijón, Laredo y Madrid. También trabajamos online para todos los casos alejados de Asturias, Cantabria y Madrid.